sábado, 26 de marzo de 2011

Andrea del Verrocchio

Bartolomeo Colleoni

ANALISIS SENSORIAL:
El caballo sigue el patrón fijado por los caballos de San marcos y por el caballo de marco Aurelio, pero su musculatura está trazada y subrayada con más nervio. Por lo que respecta al condottiere, aparece animado por una energía ardiente y contenida. Esta imagen portadora de la armadura y el casco del "furor" constituye un poderoso y atractivo símbolo del vir bellicus.

CONTEXTO SOCIOLOGICO:
Durante el siglo XV el arte italiano está jalonado por una notable abundancia de representaciones ecuestres. Los pintores y escultores parecen fascinados por el caballo. San Jorge, las batallas y sobre todo la adoración de los Magos constituyen otros tantos pretextos para alzar todo un muestrario de caballos y de caballeros cuyas actitudes y posturas se convierten en canónicas. En este sentido la Adoración de los Magos (1481) que Leonardo deja inacabada constituye un auténtico "tratado sobre el caballo", en palabras de André Chastel. La realización en tamaño natural de un jinete era, por lo tanto, algo que estaba "a la orden del día". Sin embargo, habrá que esperar hasta la segunda mitad del siglo para que se haga realidad, dados los costos que representa llevar a cabo tal obra y la incapacidad para dominar la técnica del vaciado.

ANALISIS SIMBOLICO: La relación de Colleoni con Venecia no estuvo exenta de altibajos. Consecuencia de esa tensión fue la cuestión del monumento ecuestre, que en principio debería haberse erigido en la plaza de San Marcos, según los deseos del propio Bartolomeo. Venecia, siempre atenta a evitar el culto a la personalidad de los condottieros, cumplió sólo en parte ese deseo. De hecho el monumento, erigido a cargo de los herederos de Colleoni, se erigió en otra plaza, menos prestigiosa, pero que tenía también el topónimo de San Marco. El lugar elegido fue el campo de San Giovanni e Paolo, donde se encuentra la Scuola de San Marco.

ANALISIS ICONOGRAFICO: Verrocchio ha destacado el dinamismo en su Colleoni: la cabeza del caballo gira hacia un lado mientras el jinete se apresta sobre la montura con las piernas tensas y rectas, con el cuerpo en tensión y la cabeza ladeada en un contrapunto que unifica la relación con el caballo.
En la expresión exagerada de furia y angustia del modelo, aparece ilustrado un profundo sentido de individualismo, y se refleja la crisis y el derrumbe institucional de las ciudades tras la invasión francesa en 1454. Aunque vista de cerca, la cabeza del
condottiere de Verrocchio no posee la psicología del Gattamelata, en el conjunto total de la obra, donde el caballo parece agrandarse y el jinete parece ser más alto montado sobre él, supera en vitalidad a la obra de Donatello.
Un rasgo característico renacentista es la abundancia de representaciones ecuestres. El caballo de Verrocchio se acerca más a los de la antigüedad y otorga gran énfasis a la representación. Su diseño sigue el modelo fijado por los caballos de San Marcos y de Marco Aurelio, aunque su espectacular musculatura se encuentra marcada con más tensión.
SIGNIFICADO IDEOLOGICO:
Una potencia similar aparece grabada en el gesto y subrayada en el cuello y la mandíbula tensa del jinete. Portando casco y armadura, animado por una energía ardiente a la vez que contenida, la figura de Colleoni presenta una actitud desafiante de enorme fuerza expresiva. Pese a su bizarría el héroe muestra una actitud de tormento por la incertidumbre respecto a su supervivencia.
La obra, forjada en bronce dorado, se halla erigida sobre un pedestal de mármol en el Campo San Zanípolo, en Venecia.
Bartolomeo Colleoni de Verrocchio, en Venecia. Estatua ecuestre que capta la vitalidad del condotiero y la fuerza efímera de la vida.
Si desde Padua nos trasladamos a Venecia, podremos admirar allí el retrato ecuestre de Bartolomeo Colleoni, realizado por Andrea Verrochio (1435-1488) a partir de 1479 y que, por la muerte del artista, debió finalizar su discípulo Alessandro Leopardi, cumpliendo así un encargo de la República de Venecia, como había ocurrido también en el caso de la escultura anterior. Pero en esta ocasión las características son bastante diferentes. Frente al aire pausado del Gattamelata, el Colleoni rebosa dinamismo: su cuerpo está levemente girado y su propia actitud, así como los rasgos de su rostro, rebosan energía. El carácter militar del personaje se ve reforzado por el casco que cubre su cabeza; el pecho henchido, cubierto por una armadura sin decoración, refuerza la actitud. Por su parte, el caballo del guerrero levanta su cuarto delantero izquierdo al aire, sin apoyo alguno, continuando la actitud de movimiento y dinamismo que rebosa la obra.

ANALISIS FORMAL ESTILISTICO:
AN ALISIS BIOGRAFICO:
 El escultor más destacado del siglo XV fue sin duda Donatello. Trabajó, con mármol y bronce, materiales propios del Renacimiento, y entre sus obras podemos señalar las representaciones de David y la estatua ecuestre del Condottíere Gattamelatta, primera del mundo moderno. En un marcado intento de emulación, su discípulo y colaborador Andrea de Verrocchio, realizó reinterpretaciones de ambas obras. En la última, el alumno representó la figura de Bartolomeo Colleoni montado a caballo, cuya composición trascendió la falta de movimiento todavía presente en el modelo de su maestro.
Andrea di Francesco di Cione -tal era su verdadero nombre- se inició en la orfebrería junto a Giuliano Ve-rrocchi, de quien tomó el nombre. Además de un gran escultor fue un destacado pintor, y desde 1465 dirigió uno de los talleres más importantes de Florencia, donde se formaron Leonardo da Vinci y Sandro Botticelli.
En 1479 Verrocchio fue llamado a Venecia por la República de la Serenísima para llevar a cabo la que se convertiría en su obra más representativa: el monumento ecuestre de Bartolomeo Colleoni. Tras su fallecimiento, la Señoría de Venecia encargó el término de la obra a Alessandro Leopardo, que fundió el caballo y dio en 1495 los últimos toques
a la obra.

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